¿Te has preguntado alguna vez cuál es la capital de Suiza y qué moneda usan por allí? Pues prepárate, porque vamos a despejar esas dudas de una vez por todas.

Empecemos por la capital. Si pensabas que era Zúrich o Ginebra, no estás solo. Mucha gente cae en esa trampa. Hay gente que también confunde al país con Suecia.

Pero no, la capital de Suiza es Berna. Sí, Berna, esa ciudad que suena a «buenos días» en alemán.

Berna es una ciudad encantadora, con su casco antiguo declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y un oso como mascota oficial. Sí, has leído bien: un oso. De hecho, tienen un parque de osos en medio de la ciudad. ¡Imagínate paseando y encontrarte con un oso saludándote! Bueno, no es exactamente así, pero casi.

Ahora hablemos de la moneda. Aunque Suiza está rodeada de países que usan el euro, ellos van a su ritmo. Allí se paga con francos suizos. Así que si vas de viaje, no te olvides de cambiar tus euros por francos, o acabarás intentando pagar el café con queso Gruyère. Y créeme, por muy suizo que sea el queso, no te lo van a aceptar como pago.

El franco suizo es una de las monedas más estables del mundo. Será porque los suizos son muy precisos, como sus relojes. Aunque eso sí, prepárate para los precios suizos. Dicen que allí hasta el aire es más caro.

La capital de Suiza es Berna

Sí, Berna es la capital de Suiza. No es la ciudad más grande ni la más famosa, pero tiene su encanto. Es una ciudad tranquila, con un aire medieval que te hará sentir como si estuvieras viajando en el tiempo. Eso sí, no te esperes rascacielos ni aglomeraciones de turistas a lo Nueva York o París. Aquí todo va a otro ritmo, mucho más relajado. En Berna, la vida fluye al son de su famoso reloj astronómico, el Zytglogge, y de los osos que se pasean por su foso. (Sí, hay osos en la capital, y no, no se escapan… que sepamos).

Breve historia de Berna

Berna fue fundada en 1191 por el duque Berthold V de Zähringen, quien buscaba un lugar estratégico entre las rutas comerciales. Según la leyenda, el nombre «Berna» viene de la palabra «oso» (en alemán, Bär), porque el duque prometió nombrar la ciudad en honor al primer animal que cazara en la zona. Y sí, ¡fue un oso!

Rápidamente, Berna se convirtió en un importante centro comercial y político. En 1353, se unió a la Confederación Suiza, lo que la consolidó como una de las ciudades clave del país. Durante los siglos siguientes, Berna creció en poder e influencia, especialmente en el siglo XVI, cuando adoptó la Reforma Protestante.

A pesar de su crecimiento, Berna ha mantenido su casco antiguo prácticamente intacto, lo que le ha valido ser reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. En 1848, se convirtió en la capital federal de Suiza, un rol que mantiene hasta hoy. A lo largo de los siglos, ha logrado un equilibrio entre su historia medieval y su papel moderno como centro político y cultural.

Cómo es visitar la capital como turista y, ¿merece la pena?

Visitar Berna como turista es como entrar en una postal medieval que, sorprendentemente, tiene wifi. Nada más llegar, te das cuenta de que esta ciudad tiene un aire tranquilo y acogedor, perfecto para quienes quieren disfrutar de unas vacaciones relajadas, pero con muchas cosas interesantes que ver.

El casco antiguo de Berna, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es uno de esos lugares que parece sacado de un cuento. Las calles están llenas de adoquines, soportales y fachadas de casas que datan del siglo XV. Lo mejor es que puedes pasear tranquilamente, sin las prisas de las grandes ciudades, mientras te topas con pequeñas fuentes (¡hay más de 100!), cafés encantadores y tiendas que venden todo tipo de chocolates suizos.

Breve historia de la capital de Suiza - Berna

El Zytglogge, ese famoso reloj medieval que mencioné antes, es uno de los puntos más icónicos. Cada hora, un espectáculo de figuritas mecánicas cobra vida, y, aunque dura apenas unos segundos, tiene algo especial. Es una de esas cosas que hay que ver cuando visitas Berna, porque es como viajar atrás en el tiempo por unos instantes.

Y si te gustan los miradores, te encantará la Rosengarten, un parque en lo alto de la ciudad desde donde puedes obtener una vista panorámica de Berna con el río Aar serpenteando a su alrededor. Es el lugar perfecto para hacer una pausa, sacar un par de fotos o simplemente disfrutar del paisaje mientras te comes un helado (o un trozo de chocolate, que aquí siempre es buena idea).

Además, una visita a Berna no estaría completa sin ver a los osos. Sí, el foso de los osos es uno de los atractivos más curiosos de la ciudad. Los osos han sido el símbolo de Berna desde hace siglos, y aunque en el pasado vivían en condiciones un poco tristes, hoy en día tienen un parque amplio y bien cuidado donde puedes verlos de cerca.

Lugares más emblemáticos de Berna: Qué visitar como turista

Los lugares más emblemáticos de Berna y que además no te puedes perder si vas a visitar la ciudad serían los siguientes:

  • Zytglogge (Reloj Astronómico): El icónico reloj medieval con su espectáculo de figuritas cada hora.
  • Casco antiguo de Berna: Patrimonio de la Humanidad, con sus calles adoquinadas, soportales y fuentes históricas.
  • Bundeshaus (Palacio Federal): El impresionante edificio del Parlamento suizo, donde puedes hacer visitas guiadas.
  • Parque de los Osos (Bärengraben): Donde los osos, símbolo de la ciudad, viven en un espacio natural junto al río.
  • Catedral de Berna (Berner Münster): La iglesia más alta de Suiza, con vistas espectaculares desde su torre.
  • Rosengarten (Jardín de las Rosas): Un parque con vistas panorámicas increíbles de la ciudad.
  • Museo Paul Klee: Un espacio dedicado al famoso pintor suizo, con más de 4.000 de sus obras.
  • Museo Histórico de Berna: Incluye la exposición de Einstein, quien vivió en la ciudad.
  • Río Aar: Ideal para pasear o incluso darte un baño en sus aguas cristalinas, como hacen los locales en verano.
  • Käfigturm: Otra torre medieval que antiguamente era una prisión, ahora convertida en un espacio cultural.

Además, si vas a visitar Suiza tampoco te puedes perder el Glaciar Express. Se trata de una de las atracciones y trayectos más populares tanto para los locales como para los turistas. No es muy caro, puedes ver los precios del Glaciar Express aquí.

La moneda de Suiza (y de su capital) es el CHF – Franco Suizo

La moneda que se utiliza en Suiza y, por extensión, en su capital, Berna, es el Franco Suizo (CHF). Aunque Suiza está rodeada de países que usan el euro, se mantiene fiel a su propia moneda. De hecho, el CHF es conocido por ser una de las monedas más estables del mundo, lo que lo convierte en una opción popular para inversores internacionales.

Breve historia del Franco Suizo (la moneda de Suiza)

El franco suizo (CHF) se introdujo en 1850, poco después de la fundación del estado federal suizo en 1848. Antes de esto, Suiza tenía una mezcla caótica de monedas regionales, lo que complicaba el comercio. El gobierno decidió unificar la moneda del país, creando el franco suizo basado en el franco francés.

Con el tiempo, el franco suizo se ganó una reputación de estabilidad, especialmente durante las guerras mundiales y las crisis financieras globales, cuando muchos buscaban refugio en su solidez. Aunque Suiza no adoptó el euro, el franco suizo sigue siendo una de las monedas más fuertes y seguras del mundo, un símbolo de la estabilidad económica suiza.

Conclusión

Ya lo sabes: la próxima vez que alguien te pregunte por la capital de Suiza, podrás decir con orgullo que es Berna, y que allí se paga con francos suizos. Y si te animas a visitarla, no te olvides de saludar a los osos de nuestra parte.

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